Palas

 

Al fondo, el Palas.

Video del día:


    El pico Palas se erige como uno de los grandes colosos del Valle de Tena. Es quizá su altura, 2974 metros, y más concretamente los escasos 26 metros que le faltan para llegar a los 3000 metros, los que la hacen ser una montaña menos conocida que su hermano mayor, el Balaitús. Sin embargo, su belleza y la dificultad que entraña su ascensión la convierten en el objetivo principal de muchos montañeros.



2974 metros.

    Llevaba muchos años deseando subir este pico. Son varias las ocasiones en las que con la familia o amigos, visitábamos los lagos que se encuentran bajo sus pies, los ibones de Arriel. Sin embargo, mi mirada no se centraba en ellos, se iba más arriba. 
    Su dificultad ha sido a lo largo de los años el motivo por el cual no me atrevía a acometer su ascensión. Ahora, que ya me veo con más experiencia, decido colarme entre sus paredes y atacarla por la Chimenea Ledormeur. Ochoa de Olza comenta en su libro que el verbo "atacar" no le gusta, puesto que las montañas no nos hacen nada malo. Sin embargo, queda muy elegante, y por ello, así lo escribo.


Descendiendo la chimenea Ledormeur.

    Hoy me acompaña Izaskun, y desde aquí se lo agradezco enormemente. Ha sido un gusto, igual que lo fue aquel día en San Donato. Si no has leído esa aventura, aquí la tienes. Subida San Donato

Siempre es un gusto compartir montaña con Izaskun.



29 de Julio

Tras dormir en el coche de Izaskun junto al embalse de la Sarra, cercano a la localidad de Sallent de Gállego, comenzamos a las 06.30 a andar por el conocido sendero que avanza hasta el refugio de Respumoso (o más conocido como Respomuso, tal y como un día me comentó mi tío Joxe Mari). El camino transcurre rodeado de árboles por la izquierda del río. En unos 40 minutos, llegaremos al desvío hacia el pico de Arriel. Nosotros, lejos de seguirlo, deberemos continuar por el sendero. Ahora, las cascadas se suceden y el desnivel aumenta. Debemos pasar por el paso del Onso, en verano un mero trámite, pero en invierno, debido al hielo y al peligro de aludes, se convierte en una zona propensa a resbalones y accidentes. Tras este, llegaremos a un cruce en el que se halla indicado el camino hacia los ibones de Arriel, que será el que debemos seguir. Es en este punto donde abandonamos la GR11.

La noche anterior, practicando el rápel, por si tuviésemos que montarlo.


5:45, hora de despertarse.

Cómodo sendero.


Seguimos la GR11.


No debemos tomar el primer desvío.


Paso del Onso.


Las cascadas se suceden.




Abandonamos la GR11.



    Ahora ya sí, las cuestas van tomando protagonismo y el terreno se torna más rocoso. Tras 10 minutos de subida, hay un tronco caído sobre el sendero. A su derecha, aparecen hitos pero debemos obviarlos y continuar rectos. Nosotros nos dejamos llevar por ellos y no por el recuerdo de otras ocasiones, y terminamos en un canchal, teniendo que retroceder y perdiendo un valioso tiempo. Poco a poco, los árboles desaparecen y vemos ante nosotros una gran pendiente que deberemos superar para llegar al ibón de Arriel Inferior. A estas horas, la sombra permanece, y nosotros lo agradecemos. El camino está muy marcado y es difícil perderse. A pesar de ser temprano, nos encontramos a mucho montañeros. Como veremos después, todos ellos se dirigen al Balaitús, pues seremos los únicos que asciendan hoy al Palas desde el lado aragonés. 

Continuar rectos.

Corredores.

Terreno rocoso. Al fondo, Foratata.



Desde este primer ibón, ya podemos avistar nuestro objetivo. Se alza imponente. A la derecha, aparece también el mencionado Balaitús. En mi opinión, es una de las más bonitas sino la más bonita estampa (junto a la pared Norte del Vignemale) que conozco en el Pirineo.
Ibón Arriel Inferior.

A la izda, Respomuso. A la derecha, la Sarra, de donde venimos.

Tras dos horas y media desde el parking y un cuarto de hora desde el ibón mencionado, se alcanza el ibón de Arriel Superior, a 2200 metros. En esta zona, son múltiples los vivacs disponibles que invitan a, en una futura ocasión, disfrutar aquí de una noche bajo las estrellas. Ahora, el sol golpea en los ibones, dotándolos de un color azulado que los embellece aún más si cabe. Aquí ya se encuentra el desvío entre el Balaitús y el Palas. Hacia la derecha, el primero de ellos. Recto, bordeando el ibón por la derecha, el objetivo del día.

Izaskun, señalando el objetivo.
Múltiples los vivacs disponibles.

Último punto para recargar agua.


Buscando a Wally, versión marmota.

Tras tomar unas barritas, nos toca subir por una zona de rocas grandes. No hay un camino muy definido. Hay varios hitos pero corresponden a distintas "trazas", con lo que la progresión se hace algo tediosa y lenta. Ante nosotros, se encuentra un gran resalte rocoso. El track que utilizamos lo supera por la derecha. Nosotros, sin embargo, viéndolo más sencillo, vamos por la derecha. Una vez superado el resalte, las rocas grandes siguen siendo protagonistas hasta casi la base de la chimenea Ledormeur. Como digo, hasta este tramo avanzamos lentos, pues el terreno no nos da otra opción. Las vistas desde aquí ya son indescriptibles. Se observan ya pequeños puntos moviéndose por la Gran Diagonal del Balaitús, ruta que ambos dos tuvimos la suerte de realizar en octubre.

Progresión tediosa y lenta.
En rojo, el track. En amarillo, el camino de subida. En verde, el camino de bajada.

Izaskun esforzándose en plena subida.

Dejando ya atrás el canchal de rocas, a 2500 metros, nos colocamos el casco (imprescindible por la posibilidad de caída de piedras) y comenzamos a trepar. Son trepadillas fáciles, de I grado, que dan acceso a la chimenea Ledormeur, el paso clave del día. Es un sueño estar delante de ella, al igual que lo era encontrarse ante el Paso de Mahoma en el Aneto la semana pasada. (Subida Aneto) Te preparas para superar estos lugares míticos de nuestro Pirineo. Te informas, ves vídeos, te proyectas en ellos y de repente te encuentras en ellos. Es muy bonito.

Un maillón pintado de rojo, inicio de la chimenea.


Chimenea Ledormeur, desde abajo.


Subo la chimenea con mucha ilusión. La primera parte es quizá la más vertical pero tiene muchos agarres y buenos. Tras aproximadamente 10 metros (aquí hay una anilla que permite tanto asegurar en la subida como rapelar en la bajada), tumba algo más, aunque la roca está más suelta, con lo que hay que comprobar cada apoyo y no desprender ni una piedra, puesto que esta posiblemente colisione con la persona de abajo. Poco a poco, vamos avanzando. Lo estoy disfrutando, y mucho. Finalmente, después de 10 minutos, tras girar algo a la derecha, damos por finalizada la chimenea.


El primer tramo, el más vertical.

Felices, ya finalizada la chimenea.

En cuanto a la dificultad, el catalogarla como fácil o difícil es muy subjetivo. Decir que es de II+ es objetivo. Para alguien que escale, técnicamente es muy sencillo y como ha estado expuesto a grandes alturas, lo pasa muy bien. Para alguien que vaya mucho al monte, tenga la cabeza fría y no escale, como es el caso de Izaskun, se supera bastante bien. Sin embargo, en mi opinión, si uno no se mueve bien en alta montaña o no controla los nervios, puede tener problemas, sobre todo a la bajada. 


Ahora ya, nos quedan veinte minutos de camino herboso, una bonita canal de trepada de I+ y...¡CIMA!
Miramos a nuestro alrededor. Tenemos a cinco metros la arista de los Geodésicos, esta para otro día. Las vistas son espectaculares, y por ello, y dado que ya se echaba de menos, hay vídeo un poco largo de ellas ;) Qué alegría. Otro sueño cumplido, últimamente son muchos. Esta vida de montaña, qué bonita. Poco a poco dando pasitos y aprendiendo. 

Camino herboso

Última canal

Últimos metros. Al fondo, el Petit Arriel y Arriel. Debajo, los lagos de Arremoulit y Artouste.



Cima Palas.


Arista de los Geodésicos. Ya nos veremos.






Tras veinte minutos para reponer fuerzas y disfrutar, que es para lo que estamos aquí, emprendemos el camino de regreso, alegres por la cumbre pero concentrados, puesta que la cima solo es la mitad del camino, como dice Ed Viesturs (la verdad que no tenía ni idea de quién era la frase, lo he tenido que mirar jeje). Destrepamos lo trepado a la subida y desandamos el camino hasta la chimenea. Aquí le cedo el móvil a Izaskun, que yo también quiero alguna fotico:)
Y disfrutar, que es para lo que estamos aquí.


Bajamos el primer tramo de Ledormeur con relativa facilidad. Llegados a cierto punto, tal y como aparece en todas las reseñas, mucho ojo. No dejarse llevar por el camino más intuitivo que da acceso a una chimenea aérea y complicada. Está marcada con una gran X. Deberemos ir pegados a la izquierda de la pared para coger el trazado correcto, pintado con una flecha roja. Yo destrepo la chimenea de cara a la montaña. Izaskun prefiere sin embargo hacerlo de espaldas a ella. Para gustos los colores. Mientras se haga poco a poco y asegurando firmemente cada paso, no importa la manera. En la parte más comprometida, como he comentado antes, encontramos un químico con una anilla. Es buena opción llevar cuerda y material (desde aquí, gracias a Itxi, que nos lo ha dejado  para Izaskun) por si acaso. Nosotros no lo vemos necesario. Con cuidado, llegamos así a la base de la chimenea, muy contentos.


Comenzamos a bajar la chimenea.

Detalle de la X. No bajar por ahí.


A la derecha, en rojo, la anilla.

Con cuidado.

Ya más relajados, nos adentramos en el mar de rocas para llegar hacia las 16:00 a los ibones. Aquí, comemos pan bimbo con algo de jamón y queso (ojalá hubiesen sido los bocatas de lomo con queso como los de Collarada;)) e Izaskun aprovecha para limpiarme las heridas que una buena caída, provocada por un desprendimiento de rocas, me ha ocasionado.


Ventajas de ir con una médico.

Nos despedimos del Palas.


Descansados ya, descendemos el desnivel que nos queda, nos introducimos en el bosque, y a las 18:00, damos por finalizada la actividad. Un gran día de alta montaña, con un desnivel de 1500 metros, que nos deja bien preparados para la próxima aventura... ¡LOS ALPES! Pero eso ya será otra historia, que si queréis y todo va bien podréis leerla por aquí. Muchas gracias a Izaskun por siempre su buena disposición y todo lo que me enseña, y gracias a vosotros, por leer hasta el final y por el feedback que recibo.


Un gran día de alta montaña.


¡Un abrazo montañero!


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