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Cima del Signalkuppe, 4554m. |
Con sus 4554 metros, el Signalkuppe se erige como la sexta montaña más alta de los Alpes. En su cima, encontramos el refugio a mayor altura de Europa, el refugio Margherita, ideal para recargar fuerzas tras una preciosa, sencilla y no muy exigente ascensión. Estas características convierten a este pico en una visita obligada para todo aquel que se adentre en el mundo de los cuatromiles.
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Al fondo, el refugio Margherita. |
Esta entrada no deja de ser una continuación de la anterior(Blog Cástor), en el que si antes se narraba la subida al Cástor, ahora se dará a conocer la consecución del Signalkuppe durante los dos días posteriores.
11 de Agosto
Quedamos con los guías en Stafal a las 16:00. Ante nosotros, tras coger tres teleféricos consecutivos que nos dejarán a 2976 metros, tendremos únicamente una hora de trayecto y 300 metros de desnivel hasta el refugio Mantova, donde dormiremos. Así pues, comenzamos a caminar aproximadamente a las 17:00 a casi 3000 metros.
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Stafal, punto de partida. |
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Miguel y yo, felices, en el teleférico. |
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Comenzamos a 2976 metros. |
Nada más empezar a andar, pisamos hielo. Este tramo de glaciar se encuentra ya en las últimas, como se puede apreciar con la enorme cantidad de agua que pasa bajo él. Es una zona sin pendiente por lo que se progresa cómodamente sin crampones. Tras media hora, el hielo desaparece para dar paso a la roca. Es un terreno agreste, pero las cuerdas y clavijas facilitan el camino. Así, para las 18:00 llegamos al refugio.
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Comienzo del glaciar. En el vídeo inferior, queda reflejado su estado. |
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Camino del refugio Mantova, donde dormiremos. |
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La vía a seguir es la 6c. (Para los escaladores: casualidad... no lo creo jeje) |
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Las cuerdas facilitan la progresión. |
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El refugio, ya a la vista. |
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Refugio Mantova. |
Tras jugar al mus (espero que mañana la montaña vaya mejor que la partida jeje), cenar un rico plato de pasta y preparar las mochilas, nos vamos a dormir, que a las 4:00 sonará el despertador, para una hora más tarde comenzar el camino que nos llevará de nuevo entre paisajes y montañas soñadas.
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Esperemos que mañana haya más suerte. |
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Antes de dormir, una última mirada hacia los Lyskamm. |
12 de Agosto
Comenzamos a andar a las 04.45 con la luz de los frontales. Haré cordada con Jerome, Miguel y Migueltxo. Me siento bien. Los tres días anteriores en alta montaña nos permiten estar correctamente aclimatados. No tengo ya los nervios y las comeduras de cabeza sobre si me moveré bien en altura. Y eso es quitarse un peso grande, y permite disfrutar aún más si cabe de la experiencia.
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04:45. Para arriba. |
Tras media hora andando entre rocas, toca ponerse los crampones, ya que el terreno va tomando pendiente y el hielo hace acto de presencia. Para no llegar al refugio Gnifetti, ubicado a 3647 metros, debemos desviarnos hacia la derecha, y desde aquí encarar la que será una de las tres subidas con mayor inclinación del día. Aunque el esfuerzo de los días anteriores comienza a hacer mella en algún integrante del equipo, progresamos bastante bien y a un ritmo bueno, aprovechándonos del poco calor que hace aún a estas horas y así, en 40 minutos, damos por finalizada la cuesta. (Siento las malas fotos iniciales; la noche, el frío, el ritmo y el fotógrafo hacen que no sean muy buenas. Luego mejoran jeje.)
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Detalle de un profunda grieta. Hay varias. Con cuidado. |
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Primera subida. |
El sol comienza a aparecer en el horizonte. El espectáculo que se cierne ante nuestros ojos es digno de admiración. A nuestra derecha, Vincent Pyramid, un 4215 que será el objetivo de hoy de varios montañeros. A nuestra izquierda, los Lyskamm, dos cumbres de 4500 unidas por una cresta que según reseñas, es de las más disfrutonas de los Alpes. Detrás, el Mont Blanc, Gran Paradiso, Monviso... Y por delante, el Signalkuppe, hacia el cual nos dirigimos.
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Preciosa fotografía. El sol va asomándose. |
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Vincent Pyramid. |
Tras un pequeño descanso, continuamos avanzando sobre el hielo. Como digo, el paisaje es increíble, ya que nos encontramos dentro de un glaciar de impresionantes dimesiones, con gigantes serács y rodeados de montañas soñadas. Esto es posible ya que el objetivo de hoy, a diferencia del Cástor, no se encuentra de cara al valle de Gressoney, si no que se halla metido y escondido, a una mayor distancia longitudinal.
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Continuamos avanzando por el glaciar. |
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Gigantes serács. |
Tras caminar cómodamente por terreno horizontal, nos enfrentamos a la que será la segunda gran cuesta del día, ya a más de 4000 metros. Avanzamos a un ritmo lento pero constante. En media hora, damos por finalizada dicha pendiente. Recargamos energía y las nubes, al abrirse, nos permiten observar la cima. Ya estamos cerca, solo un repecho nos separa de ella.
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La segunda cordada, avanzando. |
Es quizá la mayor complicación del día. La senda es más estrecha y el peligro mayor, pero se hace bien. Así, poco a poco...¡CUMBRE! ¡4554 METROS! Mi techo personal. Muy contento sobre todo por la respuesta de mi cuerpo en tales alturas. Muy contento por lo que ven desde aquí mis ojos. Muy contento por las personas que me han enseñado y han hecho esfuerzos para que yo esté donde estoy, gracias. Y muy contento por mí, porque como ya he dicho en ocasiones, es genial ver que uno va avanzando en este mundo de las montañas.
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Ya queda menos, último repecho. |
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El refugio Campana Margherita, a lo lejos. |
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¡CUMBRE!
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Quién me diría a mí hace un año que iba a aparecer en fotografías así. |
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El equipo al completo. |
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Vistas desde la cima hacia el lado suizo.
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La cresta de los Lyskamm. |
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El Cervino, desde el baño del refugio. |
Paramos a tomar un chocolate y unas cuantas barritas en el refugio Campana Margherita, el más alto de Europa, ubicado en la cumbre. A las 09:00 de la mañana, salimos de él para sacarnos las respectivas fotos, que seguro que puestas en marcos se convertirán en recuerdos para toda la vida, y emprender el camino de vuelta. Como este discurre por el mismo trayecto que el de ida, y me parece que quizá se os hace un poco largo si narro todo el regreso (si no es así, decídmelo, yo encantado de seguir escribiendo), únicamente lo describiré gráficamente. Eso sí, solamente comentar que durante la bajada hemos de ir con sumo cuidado, dado que las grietas empiezan a aparecer y nos podemos llevar un susto gordo. Para ello, lo mejor es que la cuerda entre los distintos miembros de la cordada se encuentre tensa.
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Comenzamos el descenso. |
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Con el Cervino. Quizá algún día. |
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Las dos cordadas, camino al refugio. |
Así, a las 12.30 cogemos el último teleférico de la mañana, para dar por finalizada la travesía, y con ella la expedición. 4 días de Alpes, de hielo, de sueños cumplidos (y otros muchos apuntados por cumplir), de buena compañía, de conocimientos adquiridos, de paisajes únicos, de bellos sentimientos, de recompensas indescriptibles...en definitiva, de características asociadas a la montañas, que espero me sigan acompañando durante muchos años más.
Gracias, y muchas, al equipo de esta aventura en los Alpes, a mi familia, a tod@s los que me han permitido llegar hasta aquí, y gracias a ti, por leer hasta el final.
¡Un abrazo montañero!
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Un placer haber compartido semana con estas personas. |
RESUMEN DE LOS 4 DÍAS
1er día (Hasta el refugio Quintino Sella)
2o día (Cima Cástor y bajada)
3er día (Hasta el refugio Mantova)
4o día (Hasta Punta Gnifeeti/Signalkuppe y bajada)
(En rosa, los puntos donde se deja el teleférico. En el lado derecho, el punto correcto es el inferior.)
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