Aneto



Glaciar del Aneto

(Adjunto en el siguiente enlace video de la ascensión)

Aunque quizá no necesite presentación dada su gran popularidad, el Aneto se alza 3404 metros sobre el nivel del mar. Es esta altura la que lo hace ser el punto más alto del Pirineo. Y por ello, su cima se convierte irremediablemente en el objetivo, el sueño y la ilusión de incontables montañeros. Son muchos los que se embarcan en acometer su bonita y exigente ascensión. 
Cima del Aneto.


    En infinidad de momentos a lo largo de los años, mi imaginación se marchaba a la cruz del Aneto y al paso que da acceso a ella, el más que conocido "Paso de Mahoma". Soñaba con que llegase el día en el que me pudiese demostrar que era capaz de acometer dicha ascensión, ascensión que en su día personas importantes para mí, como mi padre, pudieron realizar. Y ese día, por fin y tras mucho esperarlo, ha llegado.
Saioa en el Paso de Mahoma. Al fondo, la cima.


    Me acompañan en esta experiencia Aitana y Saioa, ambas grandes amigas y grandes montañeras. Ha sido una suerte poder compartir juntos este logro, y desde aquí les agradezco estos dos días de risas, reflexiones y montaña, mucha y buena montaña.


 18 DE JULIO

    
    Quedamos en Pamplona a las 9:30 de la mañana, conscientes de que hoy únicamente tendremos que andar algo más de media hora. Durante el trayecto en coche de unas 4 horas, que calculamos serán 3 horas y media porque Aitana será la conductora jeje, hacemos una parada obligatoria en Benasque, con el objetivo de visitar el pueblo pero sobre todo de adentrarnos en la tienda de montaña de Barrabés, con otro local también en Jaca. Sabemos de antemano, como siempre que entramos a este "chiquipark",  que saldremos con una sonrisa de oreja a oreja pero casi seguro sin ninguna compra realizada, dado que el precio de sus productos es acorde a la alta calidad que estos presentan. Nos perdemos durante más de media hora entre la ropa de montaña, juguetes de escalada, accesorios técnicos... distribuidos en 4 plantas. Cada una de ellas merece la pena. Bueno, supongo y espero que con esta mención y presentación de la tienda, Barrabés se estire un poquillo y me haga algún regalito jeje.
Allá vamos.

El "chiquipark"


La sección preferida. Con un par de añitos más de naranjito se consiguen.
  



    Salimos de Benasque para llegar en 10 minutos al Hospital de Benasque, donde comemos y cogemos el autobús. Este servicio funciona únicamente en verano, y te ahorra una buena caminata. Tras 15 minutos llegamos a La Besurta. Son las 15:00, así que acordamos quedarnos a jugar a cartas a la sombra de un porche y esperar a que la temperatura descienda un poco. Esta vez, el resultado es distinto a la última salida señalada en el blog a Collarada. Por si no la has leído, te la dejo por aquí :)  Entrada Collarada
Trayecto en autobús.

Jugando al "chinchón" en la Besurta.


    Comenzamos a andar a las 16:00. De camino al refugio, nos vemos acompañados de muchas familias con hijos pequeños y de grupos grandes de chavales que se hallan de campamento. El sendero, debido a su escasa dificultad técnica y las bonitas vistas, está muy transitado. En 35 minutos, llegamos a La Renclusa, donde nos hospedaremos esta noche. Es un refugio de grandes dimensiones, con agua caliente y wifi. Ya acomodados, aprovechamos para hablar con los guardas del refugio, refrescarnos en el río colindante, jugar a cartas, cenar en horario francés y leer alguna revista disponible. Destacable la muy interesante entrevista en 2022 de la revista "Peñalara" a Mikel Zabalza, un gran alpinista navarro. Le saqué fotos, si las deseas escríbeme.


Hoy nos espera una jornada suave, de apenas un kilómetro.

Comenzamos a andar por un camino bien definido.


El camino es bonito y agradable. Al fondo, el Pico de la Renclusa.



Llegamos felices al refugio.

Bonita entrevista a Mikel Zabalza.

 Llega la hora de dormir. Hay habitaciones reducidas de cuatro personas, pero a nosotros nos ubican en una grande de catorce personas. Mala suerte, dado que las probabilidades de ronquidos se multiplican, como podremos comprobar muy a nuestro pesar durante toda la noche. Este hecho, unido a los nervios habituales de la noche anterior a una esperada ascensión, nos impedirá descansar como nos hubiese gustado. Así que con poco sueño, nos tocará afrontar el sueño de mañana, valga la redundancia.


19 DE JULIO

    Las 05:00 de la mañana. Hora de levantarse. Desayunamos, preparamos las mochilas y partimos del refugio una hora más tarde. Por delante nos quedan más de 12 horas de disfrute. 
Salida del refugio.


    La ruta elegida será por el Ibón de Salterillo, dada su menor peligrosidad en esta época del año. Lamentablemente, el mayor glaciar del Pirineo va derritiéndose cada año antes, y enseña su hielo negro y duro, el cual dificulta la progresión con crampones, debido a que estos no se clavan correctamente. Es por esto que la ruta del Portillón, quizá la más utilizada, no es nada recomendable en verano. Aún son muchos los accidentes que ocurren por caídas en el glaciar.

En amarillo, la ruta elegida. A su izquierda, en rojo, la ruta del Portillón.



    Tras aproximadamente media hora de subida, llegamos al collado de La Renclusa. El camino es evidente, y en nuestro caso aún más, puesto que este fin de semana será la carrera de la vuelta al Aneto y se encuentra balizado. Posteriormente, y ya acompañados de un bonito amanecer, el sendero rodea el Pico de La Renclusa por zona herbosa. Desde aquí ya se ve el objetivo del día. Comienza ahora un terreno rocoso granítico en el que las grandes piedras son las protagonistas. La progresión se ralentiza pero se pone más entretenida. Hay que confiar en la adherencia de la roca para poder seguir avanzando metros.


Bonito amanecer.

Sendero balizado por zona herbosa.

El Aneto ya sobresale a la izquierda.


Hasta aquí, la GR11 nos ha acompañado.



Comienza un mar de rocas.



    Poco a poco, y tras dejar a la derecha el seco Ibón de Salterillo (2478m), nos vamos acercando al glaciar. Ya desde aquí se ve bastante desgastado. Vemos unos franceses que se calzan los crampones nada más comenzar el mismo. No es nuestro caso. Recomendamos proseguir la marcha por la izquierda evitando así el terreno helado. A la cota de 3200 metros, ahora sí, nos calzamos los crampones. La nieve aquí está blanda, así que sería más que posible llegar a la cima sin material. Una auténtica locura en esta montaña, y además en estas fechas. Sin embargo, nosotros para sentirnos más seguros y para coger confianza en el uso del crampón, nos lo ponemos para encarar los 20 metros finales de glaciar.


Ibón de Salterillo, con muy poca agua.


Vistas desde el comienzo del glaciar.


Los franceses entrando al glaciar. Al fondo, el Portillón, y a la izquierda, el hielo negro.


Cada vez, el hielo intransitable es mayor.

Bonita fotografía.



Aitana poniéndose los crampones.



Detalle del estado de la nieve.

Tramo que debemos recorrer.

Aitana esforzándose en el último repecho.


    Algo cansados ya, trepamos las últimas paredes que dan acceso al último escollo del día, "EL PASO DE MAHOMA". Sí, y con mayúsculas. Comentaba en la travesía que sin lugar a dudas había pasado a lo largo de mi vida más tiempo viendo videos de este obstáculo en Youtube desde distintas perspectivas, distintas estaciones... que las horas que nos iba a costar acometer la ascensión. Mi madre diría con cariño que "estoy un poco chiflado", yo prefiero llamarlo apasionado. Tenerlo ahí en frente, invitándote a pasar, es una sensación única, difícilmente descriptible. Tanto tiempo pensando en él, y ahí estaba, qué pasada. 

Encarando las últimas trepadas hacia el Paso de Mahoma.

Terreno descompuesto, justo antes de la antecima.


Saioa en el Paso de Mahoma. Al fondo, la cima.



    El paso, lejos de poseer los insalvables cortados que parecen en internet, no da mucha sensación aérea. Técnicamente será de I grado. Una caída puede resultar fatal, pero si uno pasa sereno no tiene por qué tener ningún problema. En ese sentido, y nos unimos así a muchas opiniones de amigos, nos exige mucho menos de a lo que veníamos preparados, pero igualmente, cruzarlo se convierte en todo un sueño personal.

    Y por fin, tras cinco horas... ¡Llegamos a la cumbre! Una mezcla de ilusión, emoción... se apodera de mí. Estoy donde siempre he querido estar y veo lo que siempre he querido ver. No puedo estar más feliz. Pienso en muchas personas: familiares, amigos...Los que no están también estarían muy orgullosos. Gracias a todos ellos he podido cumplir un sueño, así que qué mejor manera que agradecérselo desde la cima. Gracias de verdad.


Aitana y Saioa, felices en la cumbre.

Por qué llegar a 3404 metros, pudiendo alcanzar los 3405 metros.

    Sacamos las respectivas fotos para inmortalizar el momento (hoy tenéis suerte y os ahorráis la chapa del vídeo de las vistas, que entre las nubes y que no conozco apenas montaña por aquí no quedaba muy bien jeje) y comenzamos el descenso rápidamente, que comienza a llover. Tras pasar el "Paso de Mahoma", para l@s curios@s llamado así por una leyenda musulmana que narra que la "entrada al paraíso es tan estrecha como de filo de una cimitarrra sobre la que sólo pasan los justos"  y recoger las mochilas de la antecima, destrepamos lo trepado con anterioridad y nos metemos al glaciar. Ahora es mucha la gente que nos cruzamos, así que agradecemos haber madrugado. Al contrario que en la subida, apuramos la nieve lo máximo posible.

Durante la bajada, nos encontramos muchos montañeros.


Por si fuera poco el hielo que tenemos bajo nuestros pies, comienza a caernos más
de arriba en forma de granizo. Ah, y queda demostrado que al mal tiempo, buena cara.



Descendiendo el glaciar.


Dejando el Aneto cada vez más lejos.

    Tranquilamente, continuamos el descenso por el caos de rocas, para proseguir por la zona herbosa y llegar al refugio. Allí, descansamos, reponemos fuerzas durante escasos 30 minutos y en una corta media hora llegamos a La Besurta, donde cogemos el autobús hasta el Hospital de Benasque y desde allí ya en coche proseguimos nuestro regreso a casa.
Camino a La Renclusa


Pequeña anécdota. A la izquierda, un bonito y apacible sendero. Por la derecha, feroces rocas esperando nuestra caída. Ni qué decir de la opción elegida de bajada por nuestra guía Aitana, necesitada de más adrenalina :)



Nos despedimos de la que hoy ha sido nuestra casa,
 esperando que en futuras ocasiones también lo sea.

Llegada a La Besurta


No hay nada mejor que una buena montaña con una buena compañía.



    Finalizan así dos días difícilmente olvidables rodeados de monte y de la mejor compañía posible. Gracias a Saioa y a Aitana por los maravillosos momentos compartidos y por la gran experiencia  y montaña que nos llevamos a casa, y gracias a vosotros por leer hasta el final.

¡Un abrazo montañero!


Pd: En primer lugar, perdón si la palabra sueño se repite varias veces, era inevitable. En segundo lugar, uno de los objetivos del blog era poder revivir lo vivido, y volver a sentir lo sentido en las montañas. La sonrisa, felicidad y la emoción que he desprendido escribiendo el párrafo de cumbre, ya bien vale el esfuerzo que hay detrás, mereciendo ya mucho la pena haber comenzado esta aventura.

Comentarios

  1. Me ha encantado todo, pero genial el origen del nombre del paso de mahoma jajajja 🫶🏻

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